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Frutas y hortalizas feas : una solución contra los residuos

A menudo oímos que «un producto tiene que tener buen aspecto para venderse».

Pero, Āæse nota el sabor? Spoiler : no


Cada dƭa, toneladas de frutas y verduras feas se apartan para ser tiradas, simplemente porque no cumplen los estƔndares estƩticos.

¿Y si dejÔramos de juzgar las apariencias y empezÔramos a consumir mejor?


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¿Por qué hablamos de «bello» y «feo»?


Una fruta «bonita» suele ser un producto de tamaño perfecto, redondo, liso y sin defectos visibles. En resumen, una fruta estandarizada para agradar a la vista. Son los códigos visuales impuestos por los supermercados, los anuncios y los puestos impecables, que dicen que un tomate debe ser simétrico o una manzana lisa y brillante.


En cambio, una fruta o verdura «fea» es una zanahoria torcida, una manzana manchada o un tomate chueco. Son irregularidades puramente visuales, pero no alteran en absoluto su sabor ni su calidad nutricional.


šŸ‘‰ Lo que llamamos Ā«feoĀ» no son mĆ”s que productos que han crecido... con un poco mĆ”s de libertad.


El gusto no se ve... pero se defiende


La fruta irregular no es una fruta que falla. Suele ser un producto mƔs autƩntico, a veces incluso mƔs sabroso :


āœ…Un tomate que ha madurado de forma natural tendrĆ” mĆ”s sabor.

āœ… Una manzana manchada puede ser mĆ”s jugosa porque ha sido menos procesada.

āœ… Una zanahoria retorcida puede haber crecido en un suelo mĆ”s vibrante, libre de productos quĆ­micos agresivos.


Estos productos «feos» no tienen nada que envidiar a los estÔndares de los supermercados. MÔs bien al contrario.

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El verdadero problema : el despilfarro de alimentos


Cada año, miles de toneladas de frutas y hortalizas se desechan nada mÔs cosecharse porque no cumplen los criterios visuales para su distribución. Sin embargo, son perfectamente comestibles.


Este despilfarro comienza mucho antes de llegar al consumidor :

  • en el agricultor, que ni siquiera recoge algunos productos que no son lo bastante bonitos,

  • en el minorista, que los clasifica a la entrada de los almacenes,

  • en los comerciantes, que quieren que sus puestos sean Ā«perfectosĀ».


Comprar, cocinar o vender productos feos reduce los residuos, promueve el trabajo de los productores y fomenta un consumo mƔs responsable.


Comprar productos feos : un acto de responsabilidad


Hoy en día, cada vez hay mÔs iniciativas para aprovechar estos productos imperfectos pero deliciosos, como las cestas antigaspi, las aplicaciones que guardan los productos no vendidos y las cadenas que ofrecen productos «fuera de calibre» a precios reducidos. Todos estos planteamientos contribuyen a reducir el desperdicio de alimentos, apoyar a los productores y hacer algo por el planeta. Y lo que es mÔs, el sabor sigue ahí por un precio menor.


¿Qué tal un cambio de perspectiva?


Y si dejƔramos de asociar belleza con calidad y confiƔramos mƔs en nuestras papilas gustativas que en nuestros ojos?


šŸ‘‰ Comer fruta y verdura feas no es un compromiso. Se trata de hacer una elección informada, Ć©tica y sabrosa.

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